Junto con las naves de Colón arriba al Nuevo Mundo el arte plateresco; afirma Camón Aznar: “Ya en su segundo viaje llevó Colón al aparejador Zafra. En 1510 embarcan en la nave Santiago, para La Española (Santo Domingo) los maestros canteros Juan de Herrera y Ortuño de Bretendón y varios oficiales obreros. El maestro de la catedral de Sevilla, Alonso Rodríguez, en 1510 se compromete a dirigir las obras que hagan los obreros antedichos”. No obstante el plateresco, a pesar de su difusión por América tuvo un terrible enemigo: el barroco: en el siglo XVII y XVIII la riqueza y el poder de los colonos españoles les permite construir un sinnúmero de edificios barrocos sobre las ruinas de muchos edificios platerescos. Pocos habrán de sobrevivir, la mayoría, como en España, mezclados con otras formas arquitectónicas. De todos esos esfuerzos del renacimiento español se conservan, entre unos pocos en América, los primeros conventos de los monjes agustinos en México.
(Fachada del convento de Ocuituco, primer convento Agustino de América; su construcción se inició en el mismo año de la llegada de los agustinos a México: 1533; poco, muy poco del plateresco se puede ver en ella)
(Fachada del convento de Ocuituco, primer convento Agustino de América; su construcción se inició en el mismo año de la llegada de los agustinos a México: 1533; poco, muy poco del plateresco se puede ver en ella)
Comentarios