Así, la columna en todas sus aplicaciones decorativas se la deforma al convertirla en balaustre, con un complicado perfil de candelero. Y en las constructivas se las dota de un nudo central ornamentado. El pilar también pierde su severidad antigua al llenarse de grutescos y concebirse como un elemento decorativo. El modelo de balaustre plateresco fue definido por el libro Medidas del romano de Diego de Sagredo y publicado en Toledo en 1526. El libro fue muy popular y se reeditó varias veces, todo parece indicar que los padres agustinos poseyeron algún ejemplar de él. En estos balaustres (columnas) de cuerpos mixtos; normalmente el capitel era de orden corintio, la primera parte del fuste era liso o estriado, la segunda decorado con motivos florales, la tercera con estrías oblicuas, imitando las columnas salomónicas, la cuarta aparentaba un copón y finalmente podía haber hasta una quinta o sexta parte. Tales balaustres tan decorados parecían más trabajo de plateros que de lapidarios, de ahí el nombre de plateresco.
(Ilustración de un balaustre del libro medidas del romana y balaustre de la fachada del templo de Acolman)
(Ilustración de un balaustre del libro medidas del romana y balaustre de la fachada del templo de Acolman)
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