Son múltiples los edificios de México que tienen algún influjo del plateresco: la catedral metropolitana en la ciudad de México, la catedral de Puebla, La catedral de Mérida, la casa de Montejo en Mérida, el convento franciscano de Tepeapulco en Puebla, el convento dominico en Yanhuitlán, Oaxaca. Pero todos ellos son como fragmentos sueltos de un rompecabezas: están dispersos y no es fácil encontrarles la forma; no obstante esto, los conventos agustinos del siglo XVI conservan una gran unidad arquitectónica en torno al plateresco. Parece que esta veintena de conventos se hubieran propuesto (y es muy probable que los frailes constructores se lo propusieron) aplicar al pie de la letra los principios ideológicos de los Reyes Católicos y de Carlos V: es decir que los agustinos hicieron una estética de estado al construir sus primeros conjuntos conventuales con esa misma unidad temática, estructural, arquitectónica y estilística. La semejanza entre ellos es mucha; he aquí algunos elementos que les da homogeneidad: iglesia de una nave sin capillas (no de cruz latina, que es la dominante); techos de las mismas, de bóveda, sin cúpula (que es también lo dominante), almenas como cresterías en los techos de los templos, fachadas muy sobrias, renacentistas, con algunos elementos platerescos claramente definidos, como las columnas platerescas (balaustres); espadañas que rematan las fachadas, en lugar de torres campanarios; interiores pintados a la grisalla, con fuerte presencia de los grutescos; importante influjo de lo gótico en los arcos quebrados, nervaduras de las bóvedas, rosetones y gran altura de los templos; lo románico en los arcos achaparrados de medio punto y la poca altura de los claustros; las celdas del convento ocultas al claustro a través de un muro; contrafuertes en las esquinas de las fachadas; grandes, impresionantes, atrios; cresterías que decoran balaustradas, techos, columnatas, capillas abiertas, etc.; cuatro columnas en las fachadas con nichos en medio de cada par, con San Pedro y San Pablo en los mismos; contra fuertes de las fachadas de los templos rematados con cresterías en forma de almena.
(Fachada del templo de Yecapixtla, con su rosetón a la altura del coro, sus cuatro columnas labradas en cantera y decoraciones en altorrelieve con grutescos)
Comentarios
Soy estudiante de Ciencias Sociales de la UPTC, el tema me interesa.